La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que ataca varios órganos vitales, particularmente los pulmones y el sistema respiratorio en general.
Se conocen dos tipos de tuberculosis: La tuberculosis pulmonar y tuberculosis extrapulmonar.
La tuberculosis pulmonar aparece por lo general, inmediatamente después de que la persona se ha infectado. Esta fase de la tuberculosis se conoce como infección primaria y afecta en mayor medida a los niños africanos. Cuando el niño goza de buena salud la enfermedad puede cursar con alteraciones locales en los pulmones y ganglios. Pero si está sufre desnutrición o tiene otras infecciones, como el sida, se desarrollan complicaciones mucho más graves entre las que se destacan la obstrucción bronquial, derrame pleural o acumulación de líquido en el espacio comprendido entre las membranas que recubren el pulmón.
En tal caso de que la tuberculosis aparezca al menos dos años después de contraer la infección, se habla de enfermedad postprimaria o tuberculosis del adulto. Esto indica que la infección permanecía latente, por lo que es más agresiva que la primaria, provoca lesiones pulmonares graves y se distribuye más fácilmente por el resto del cuerpo.
Sin duda, como cualquier enfermedad, el tratamiento de la tuberculosis debe tratarse a tiempo en su fase inicial, esta es latamente contagiosa y por lo general se debe poner al paciente en cuarentena, aislado y a base de medicamentos para la tuberculosis y enfermedades respiratorias comunes que vienen como consecuencia.
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